Frente al futuro de las carreras profesionales que van a desaparecer lei hace poco una frase que considero la clave: ¿deben los jóvenes que comienzan vida universitaria, escoger carreras que requieran habilidades que son únicas de los humanos: Juicio y pensamiento crítico y yo agregaría: sentido común?. Exactamente. Eso no lo va a lograr sustituir la IA, como mencioné en la segunda parte de esta serie de reflexiones. Ese “savoir faire” de cada profesión no lo va a lograr la IA a punta de combinar algoritmos.
Evidentemente hay muchas actividades manuales que hoy en día ejecutan seres humanos, que podrán ser automatizadas y ejecutadas por máquinas manejadas por IA. Eso debería redundar en beneficios para todos, quizás productos más económicos, suministro de productos mucho más rápido que hoy en día, selección mecánica, en fin. Al tiempo que esto se incremente, se reducirán esos puestos laborales y deberíamos pensar que se crearán otros. Lo básico será entrenarse y prepararse para esa nueva realidad. Por eso he insistido en que lo más importante de esta era de transición en la que estamos viviendo, debemos afrontar los cambios de frente. Reconocer que esto llegó para quedarse entre nosotros y debemos sacar el mejor provecho de ello. De hecho, quizás algunas de las labores que ejecutamos en nuestra vida diaria ya cuentan con el apoyo de la IA y ni lo habíamos pensado. Esas herramientas como Siri, Alexa, la función que completa la palabra o frase cuando estamos escribiendo un chat o email han resultado muy prácticas y son utilizadas todos los días sin casi darnos cuenta.
Hace poco llegó a mi un articulo de opinión sobre este mismo tema y el análisis que hacía el autor partía del hecho histórico ocurrido cuando una super computadora IBM en 1997 le ganó una partida de ajedrez al mejor jugador de dicha disciplina del momento. El enfoque del autor era analizar cómo han mejorado los jugadores de ajedrez desde ese momento hasta la fecha. Que se han vuelto super jugadores gracias a ese entrenamiento que no tuvieron los jugadores que existieron antes de ese histórico acontecimiento. Según este autor es eso lo que va a pasar con la IA, que si bien desplazará a muchos humanos en ciertos oficios en otros aspectos volverá super humanos a otros, como por ejemplo abogados, médicos, ingenieros. Es verdad que las herramientas que proporciona la IA pueden facilitar la labor de investigación, de resumen, de compilación de un abogado que normalmente nos llevaría mucho tiempo. En definitiva, ese “ahorro” de tiempo se podría invertir en preparar más a profundidad el caso y su defensa y así, lograr un resultado exitoso. Comenta el autor que un abogado del 2050 no tendrá nada que ver con lo que es un abogado el día de hoy. Y ahí paso a insistir en mi punto, puede ser, seguramente será muy diferente pero lo importante es que seguirá siendo un ser humano, muy preparado y capaz pero siempre con sentimientos y raciocinio, que es algo irremplazable frente a lo que puede ofrecer la IA. Lo mismo aplicaría para los jueces: seres humanos muy preparados que al tener sentimientos y razón, estarán en capacidad de impartir justicia respetando los valores propios de su profesión.
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LOS PROFESIONALES DEL FUTURO. ¿Qué nos espera?
Frente al futuro de las carreras profesionales que van a desaparecer lei hace poco una frase que considero la clave: ¿deben los jóvenes que comienzan vida universitaria, escoger carreras que requieran habilidades que son únicas de los humanos: Juicio y pensamiento crítico y yo agregaría: sentido común?. Exactamente. Eso no lo va a lograr sustituir la IA, como mencioné en la segunda parte de esta serie de reflexiones. Ese “savoir faire” de cada profesión no lo va a lograr la IA a punta de combinar algoritmos.
Evidentemente hay muchas actividades manuales que hoy en día ejecutan seres humanos, que podrán ser automatizadas y ejecutadas por máquinas manejadas por IA. Eso debería redundar en beneficios para todos, quizás productos más económicos, suministro de productos mucho más rápido que hoy en día, selección mecánica, en fin. Al tiempo que esto se incremente, se reducirán esos puestos laborales y deberíamos pensar que se crearán otros. Lo básico será entrenarse y prepararse para esa nueva realidad. Por eso he insistido en que lo más importante de esta era de transición en la que estamos viviendo, debemos afrontar los cambios de frente. Reconocer que esto llegó para quedarse entre nosotros y debemos sacar el mejor provecho de ello. De hecho, quizás algunas de las labores que ejecutamos en nuestra vida diaria ya cuentan con el apoyo de la IA y ni lo habíamos pensado. Esas herramientas como Siri, Alexa, la función que completa la palabra o frase cuando estamos escribiendo un chat o email han resultado muy prácticas y son utilizadas todos los días sin casi darnos cuenta.
Hace poco llegó a mi un articulo de opinión sobre este mismo tema y el análisis que hacía el autor partía del hecho histórico ocurrido cuando una super computadora IBM en 1997 le ganó una partida de ajedrez al mejor jugador de dicha disciplina del momento. El enfoque del autor era analizar cómo han mejorado los jugadores de ajedrez desde ese momento hasta la fecha. Que se han vuelto super jugadores gracias a ese entrenamiento que no tuvieron los jugadores que existieron antes de ese histórico acontecimiento. Según este autor es eso lo que va a pasar con la IA, que si bien desplazará a muchos humanos en ciertos oficios en otros aspectos volverá super humanos a otros, como por ejemplo abogados, médicos, ingenieros. Es verdad que las herramientas que proporciona la IA pueden facilitar la labor de investigación, de resumen, de compilación de un abogado que normalmente nos llevaría mucho tiempo. En definitiva, ese “ahorro” de tiempo se podría invertir en preparar más a profundidad el caso y su defensa y así, lograr un resultado exitoso. Comenta el autor que un abogado del 2050 no tendrá nada que ver con lo que es un abogado el día de hoy. Y ahí paso a insistir en mi punto, puede ser, seguramente será muy diferente pero lo importante es que seguirá siendo un ser humano, muy preparado y capaz pero siempre con sentimientos y raciocinio, que es algo irremplazable frente a lo que puede ofrecer la IA. Lo mismo aplicaría para los jueces: seres humanos muy preparados que al tener sentimientos y razón, estarán en capacidad de impartir justicia respetando los valores propios de su profesión.
Carla A. Sarmiento Colmenares
Abogada, LL.M. @sarmientocarla
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